“Nos pasaba que
cuando íbamos al teatro veíamos obras que no hablaban de nuestra generación o
de lo que a nosotros nos sucedía”, recuerda Karin Valecillos, escritora de
Tumbarrancho Teatro.
La agrupación
comenzó en 2007. Sus integrantes se formaron en el Grupo Actoral 80 o en la
Escuela Sujo.
Han superado el
desafío que representa hacer teatro en Venezuela. Les toca autofinanciarse. “El
teatro es la cenicienta de la cultura”, se lamentó Patrizia Fusco, una de las
actrices.
Tumbarrancho
Teatro lleva al teatro temas polémicos, pero que consideran que son parte de la
idiosincrasia de la generación actual de venezolanos. Valecillos considera que
era una necesidad. “Cuando nos tocaba buscar obras de teatro que quisiéramos
montar, los personajes no tenían nuestra edad o nuestras inquietudes”, dijo.
Las primeras
presentaciones fueron un par de fines de semanas en el teatro Rajatabla, con
Lo que Kurt Kobain se llevó. El director Jesús Carreño cree que esa es una
generación que se fue quedando en el olvido.
“Decidimos involucrarnos
con la realidad de nuestro país y con temas que no eran tan comerciales, pero
que a nosotros nos interesaba indagar. El segundo montaje fue ‘Cuentos de
guerra para dormir en paz’, que son cuatro historias de distintas guerras,
aunque muy en el fondo siempre estaban hablando de Venezuela”, asegura
Valecillos.
La dramaturga
asegura que la idea era volver al imaginario venezolano, a lo que nos angustia
política y socialmente. En su opinión, el país está muy ausente de eso.
Después de lo
que Lo que Kurt Kobain se llevó y Cuentos de guerra para dormir en paz,
Tumbarrancho Teatro llevó a las tablas dos piezas más, ambas de Karin
Valecillo, Los sobrevivientes y Vino la reina.
También tiene
comedia
Giovanny García,
que es uno de los actores de Tumbarrancho, destaca que por ser temas actuales,
el elenco y el público se siente identificado con los textos. Aunque buscan
lograr que la gente reflexione y salga de sala pensando ‘cómo puedo ser parte
de la solución’, sus obras no 100% trágicas.
Los
sobrevivientes trata sobre la Masacre de El Amparo, que fue el asesinato de 14
pescadores venezolanos en Apure, en
1988. Se les acusaba de ser guerrilleros colombianos que preparaban un
movimiento subversivo contra el presidente Jaime Lusinchi.
“Los sobrevivientes tiene una carga de comedia, sólo que tiene una tragedia al lado. Así es el
venezolano, ahora puedo estar llorando, pero dentro de diez minutos puedo estar
riendo en otro lugar. No permitimos emocionalmente afectarnos tantos”,
reflexiona García.
La guionista de
Tumbarrancho Karin Valecillos, que estudió guión de cine en Argentina,
considera que la historia de Venezuela es cíclica, porque no aprendemos de
nuestros errores.
Vino la reina trata sobre la muerte del expresidente Rómula Betancourt en 1981. Se decreta
duelo nacional y se suspenden los conciertos de la banda británica Queen en
Venezuela.
Les tocó
representarla poco después de la muerte del presidente Hugo Chávez. “Un amigo
nos dijo ‘somos idénticos, no cambiamos como país”, indicó.
El Amparo al
cine
La autora de
Los sobrevivientes siempre creyó que su texto tenía potencial para ser una
película.
Este año, cuando
se conmemoran 25 años de la tragedia, de la que quedaron dos sobrevivientes,
comienza el rodaje en El Amparo.
Han viajado en
dos ocasiones a la población ubicada en el estado Apure. Cuentan con el apoyo
de los habitantes de la zona y de uno de los involucrados en el hecho Wolmer
Pinilla.
“Desde la
perspectiva humana contar como dos pescadores deciden que quieren hacer
justicia. 25 años después le preguntas a Volmer Pinilla de si tiene sentido, él
dice que va a morir por la verdad”, dijo Valecillos.
Se aliaron con
la productora Películas prescindibles, para poder optar al financiamiento de
algunos organismos públicos.
El próximo
proyecto teatral de Tumbarrancho es Jazmines en el Lídice. Se estrena el 13
de julio en el Teatro Trasnocho, en Las Mercedes.
Trata sobre el
testimonio de cinco madres, cuyos hijos murieron por causas violentas.
“Es un tema
delicado por todo lo que implica, pero sentimos que alguien lo tiene que decir.
Necesitamos decirlo en este momento. Las cifras de los fines de semana es algo
que no podemos obviar ni dejar de lado. Las personas que matan,
independientemente de si eran buenas o malas, son gente que tenía aspiraciones,
sueños, familia. Se van, pero queda la familia”, dijo Karin Valecillos, autora
de la obra.
Se unieron con
la organización Esperanza Venezuela para lograr los testimonios, que contarán
las actrices Gladys Prince, Roxana Hernández, Patrizia Fusco, Samantha Castillo
y Tatiana Mabo.