La intención no es promover el regreso de Richard Páez como
director técnico de la selección. El ciclo del merideño terminó en diciembre de
2007, cuando decidió separarse del cargo.
Con Páez hubo un progreso. Se dejó de ser el hazmerreír de
la Conmebol y se pasó a ser un equipo competitivo. Seis años después, César
Farías, el reemplazante de Páez, renunció.
Farías llevó a Venezuela a las semifinales de la Copa
América de 2011 y tan sólo dos puntos de jugar el repechaje para disputar el
repechaje por un cupo al Mundial de Suráfrica.
En el último Premundial, la Vinotinto fue sexta, a cinco puntos del quinto puesto. Farías rompió la promesa de que llevaría a la oncena
nacional a Brasil 2014.
Una degastada relación con la prensa y los fanáticos, y una
oferta de un club mexicano, apresuraron la decisión de Farías de irse.
A pocas horas de que el entrenador releve las razones que lo
llevaron a dar un paso al costado, es bueno preguntarse si con él la selección de Venezuela progresó.
Según la página web de la FIFA, Farías dirigió 83 partidos
con la selección absoluta. Consiguió 28 victorias, 24 empates y 31 derrotas.
De esos 28 triunfos, 11 fueron en partidos oficiales, de
los que perdió 13 e igualó 12. Farías sumó 36 puntos en sus 30 encuentros de
eliminatorias al Mundial.
La posibilidad de haber estado cerca de jugar el repechaje
al Mundial de 2010 y el cuarto lugar de la Copa América de 2011 son su mayor
logro. En su período, contó con lo que tal vez fue la mejor oncena titular en la
historia del fútbol nacional, con una gran generación de criollos y los repatriados Fernando Amorebieta y Dani Hernández.
La revolución de Páez
Richard Páez no tuvo el mismo universo de jugadores para
escoger. Resolvió con lo que tuvo. Ruberth Morán, José Manuel Rey, Juan Arango
y Ruberth Morán y Gabriel Urdaneta, al principio; y Giancarlo Maldonado, en las
postrimerías de su proceso, fueron los baluartes de sus éxitos.
Páez sacó a Venezuela del último lugar de las eliminatorias.
Finalizó novena en 2002 y octava en 2006, a siete puntos del puesto de
repechaje.
El entrenador merideño dejó marcas que no fueron superadas
por su reemplazante, como las cuatro victorias seguidas en un Premundial y de victorias
(11) y puntos (37) de por vida.
Páez si no pudo en Copa América. Fracasó en las dos primeras (2001 y
2004). En 2007, como local, perdió en cuartos de final con Uruguay, en un
partido en que el entrenador rival, Oscar Tabárez le dio un repaso táctico.
Las comparaciones suelen ser odiosas, pero haber quedado más
cerca no es un mérito. Igualmente, cuenta como fracaso.
El único logro de Farías por encima de la gestión de Páez es
la victoria en el partido de cuartos de la Copa América, que los llevó a
semifinales, en la que se perdió por penales con Paraguay.
Renovar el plantel le tocó a los dos estrategas. Ampliar el
universo de jugadores es una labor obvia si se quiere ser triunfador.
La comparación lleva a ver la cruda realidad. Los seis años
que trabajó César Farías como director técnico de la selección nacional
sirvieron para fomentar entre la gente, y entre los periodistas, ilusión,
emoción y la creencia de que se podía llegar a un Mundial. El resultado fue
simple: Venezuela no tiene la pinta para que la inviten a esa fiesta.
Nuevos nombres gritaron los goles y otros distintos a cuando dirigía Páez los evitaron. Algunos, como Arango, “Maestrico” González y Nicolás Fedor, estuvieron en ambos procesos, pero es falso de que se dio un paso al frente.
Nuevos nombres gritaron los goles y otros distintos a cuando dirigía Páez los evitaron. Algunos, como Arango, “Maestrico” González y Nicolás Fedor, estuvieron en ambos procesos, pero es falso de que se dio un paso al frente.
La
victoria contra Chile, en San Juan (Argentina), indicaba que sí, pero las
últimas jornadas del Premundial demostraron que la Vinotinto está en el mismo
sitio que hace seis años, en los que no se logró crear “ese ambiente idóneo
externo que nuestra representación nacional merece” para lograr el objetivo de
clasificar a un Mundial, que Páez decía que debía existir en su carta de renuncia, en diciembre de 2007.
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