JOSÉ CASTILLO Lo único que puede empañar la trayectoria de once campañas
de José Castillo como integrante de los Leones del Caracas es que sólo logró un
campeonato: el de la campaña 2009-2010 contra los Navegantes del Magallanes.
Una lesión le impidió estar en 2006 cuando Caracas cortó la
hegemonía de los Tigres y conquistó el Caribe por segunda vez.
Es posible que se le pregunte a cinco fanáticos de los
Leones por qué posición defendía Castillo y cada uno lo recuerde en una
distinta. Se entregó al equipo hasta que en marzo de 2011 fue cambiado a los
Bravos de Margarita.
Los números del otrora grandeliga de los Piratas de
Pittsburgh no tienen nada que envidiarle a las grandes leyendas del club. Es tercero
en jonrones (60), cuarto en impulsadas (298), quinto en anotadas (280), sexto
en imparables (534) y tal vez la estadística más asombrosa es que dentro de los
caraquistas que han tomado más de 1500 turnos, el único que lo supera en
promedio de bateo es Víctor Davalillo (.340 contra .309).
Lo de Castillo con los Leones no se resume en fríos números.
En la época en la que grandeligas como Bob Abreu dejaron de uniformarse y tocó
un recambio en el dugout del lado izquierdo del Universitario, el utility guariqueño
siempre estuvo entre los protagonistas de las victorias que quedan para el
recuerdo.
La combinación que hizo con Jesús Guzmán y Josh Kroeger en
la parte media del lineup era temible.
Castillo sigue dando palo, ahora con Caribes de Anzoátegui.
Desde que se fue sólo bateó menos de .300 una vez y tuvo dos temporadas de más
de 40 remolcadas, para algunos ese cambio
A los caraquistas les quedó el recuerdo de saber que al
escuchar la canción “El Hacha”, con la que se presentaba Castillo cuando iba al
cajón de bateo, en el audio interno del Universitario algo bueno ocurriría.
ROGER CEDEÑO Desde que Luis Aparicio fue líder en bases robadas de la Liga Americana en nueve campañas seguidas, ningún venezolano demostró una habilidad para robar bases como Roger Cedeño.
ROGER CEDEÑO Desde que Luis Aparicio fue líder en bases robadas de la Liga Americana en nueve campañas seguidas, ningún venezolano demostró una habilidad para robar bases como Roger Cedeño.
La comparación puede lucir exagerada, pero es que cuando del
tema se habla ambos salen a relucir.
El jardinero carabobeño fue firmado por los Dodgers de Los
Ángeles en 1991, cuando la novena californiana tenía una alianza con los Leones
del Caracas.
Llegó al profesional con el Caracas en la campaña 1992-1993.
Ganó el premio Novato del Año, al dejar average de .268 y 20 bases robadas.
Desde entonces apareció en los primeros puestos del lineup.
Su mejor zafra fue la 1995-1996, una después de ser campeón.
Bateó .340 y por tercera vez superó las 20 estafadas.
Finalizó con 22 para superar un récord del club para criollos, que compartían Víctor
Davalillo y el miembro del Salón de la Fama Luis Aparicio.
En las grandes ligas, la época de esplendor de Cedeño se vio
entre 1999 y 2003. En la primera de esas temporadas, que fue con los Mets de
Nueva York, implantó un récord de bases robadas para venezolanos (66). Superó
las 57 estafadas que logró Aparicio en 1964. Además disputó su primera
postemporada, en la que ligó para .421.
La velocidad de Cedeño fue y será su carta de presentación
cuando se le mencione en la historia del beisbol venezolano.
Es tercero en los
Leones en bases robadas con 113 en 368 partidos. Quedó por detrás de César
Tovar y Davalillo, quienes finalizaron con 123 y 121 en 805 y 804 desafíos,
respectivamente.
Igual le ocurre en las grandes ligas y nuevamente sale a
relucir Aparicio. El zuliano es líder entre los venezolanos en estafadas con
506, cifra que parece lejana de superar.
Cedeño es sexto entre los criollos con 213 en 276 intentos.
Su porcentaje de éxito de 77,17 sólo es superado por Aparicio entre los que
acumularon más de dos centenas de robos.
Su carrera fue fugaz, pero el 47 deslumbró con su velocidad
en diez campañas vestido de león. Como jardinero central nunca disputó más de
67 encuentros en las mayores, pero en la LVBP fue premiados dos veces con el
Guante de Oro y los fanáticos lo extrañaron en esa posición hasta que apareció
un tal Franklin Gutiérrez.
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