A menos de 24 horas del Barcelona-Real Madrid, cuando ya Guardiola y Pellegrini saben quienes van a ser parte del once titular, la guerra psicológica, esa que se juega sin balón, ambos intentan ganarla.
Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, de Barcelona y Real Madrid, son duda porque siguen lesionados. Los más seguro es que ambos se vuelvan a enfrentar como en la final de Champions de mayo.
El madridista Iker Casillas sabe que Messi y Zlatan Ibrahimovic influirán poco si no reciben pelotas de los mediocampistas. Calificó a Andrés Iniesta y Xavi Hernández como "magos de la pelota", y reveló que le teme a ellos y no a los delanteros.
Xavi, que sabe que el Barcelona es favorito, respondió con "el Madrid es víctima de nuestro éxito y que tuvo que gastar mucho para contrarrestarlo".
Esa es una forma de decirle a los blancos que los millones que gastaron en Kaká, Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Xabi Alonso, entre otros, deben comenzar a transformarse en victorias contra "rivales grandes".
En esa guerra psicológica, en la que muchas veces se consigue ganar antes de jugar el partido, todos hicieron declaraciones acertadas, en las que de forma inteligente le pasaban la presión al rival.
El único que se salió de todo eso y se pasó de bocón fue Ronaldo. Apodado por muchos como "la barbie de Portugal", declaró que aspira a meterle en su carrera como futbolista de la casa blanca entre 10 y 20 goles al Barsa.
Después de Cada ocasión que falle CR9 vendrá un silbido de la tribuna. Es normal, creó expectativas que no va a cumplir.
Los nuevos galácticos van por la victoria en el Camp Nou, estadio al que Benzema dice no tenerle miedo. A los locales la victoria los regresaría al primer lugar, del que están a 1 punto.
Cada uno hizo su trabajo. El Barsa se la comió el año pasado. Ganó 2-0 y luego le metió al Madrid un tenístico 6-2 en el Bernabéu.
La guerra sin balón comenzó el jueves después que ambos ganaron en la Liga de Campeones: lo de mañana será un segundo tiempo de 90 minutos.
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