Hace seis años se retiró (2013) y hace seis meses, en junio de 2020, recibió el más alto honor que puede recibir cualquier profesional de su área, fue exaltado, junto con el lanzador panameño Mariano Rivera, al Salón de la Fama del Beisbol.
Omar Vizquel fue el mejor campocorto de su época, y los 11 Guante de Oro que ganó lo colocan como el segundo más destacado de la historia.
Las hazañas de David Concepción, Bob Abreu, Magglio Ordóñez y Andrés Galarraga, considerados entre los más grandes beisbolistas venezolanos de todos los tiempos, no fueron consideradas por la Asociación de Cronistas y el Comité de Veteranos, lo suficientemente prominentes para que tuvieran una placa en Cooperstown.
Con el guante fue el mejor, pero el desempeño de Vizquel con el bate siempre fue su talón de Aquíles. Sólo en 1999, en su primera etapa con los Indios, bateó para más de .300 (.333), cuando estaba en la parte del lineup, junto a Kenny Lofton y Roberto Alomar.
A pesar de eso, se unió a una lista de 31 jugadores -cuatro de ellos latinoamericanos (Rafael Palmeiro, Rod Carew y Roberto Clemente)- que conectaron 3.000 o más imparables.
En su campaña de despedida, con el número 13 del uniforme de los Indios, consiguió la proeza. Eran los días en los que jugaba un par de partidos a la semana, como tercera o segunda base. Actuó poco en el campocorto, posición en la que es titular su compatriota Asdrúbal Cabrera desde hace varias campañas.
Vistió los uniformes de Marineros de Seattle, Indios de Cleveland, Gigantes de San Francisco, Rangers de Texas y Medias Blancas de Chicago.
Nunca firmó contratos por demasiado dinero. En 2004 los Indios le pagaron el salario más alto de su carrera, que fueron 6 millones de dólares.
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