La paliza, el paseo, el baile, pongale el adjetivo que prefiera, que México le propinó a Venezuela el miércoles en Atlanta preocupa, pero obliga a exigir más. Si del amistoso contra Costa Rica la Vinotinto se regresa a Maiquetía con tres o cuatro goles más en el saco, eso es lo que menos debe importar.
Que Giovanni Dos Santos -exacto, ese mismo que el Barcelona despachó-, haya desnudado las fallas y la lentitud de la defensa venezolana ayuda que los encargados de preparar al equipo se den cuenta de los errores, para que en los partidos que quedan el Premundial los once que se vistan de vinotinto sean un equipo competitivo.
De qué sirve jugar amistosos contra Haití, Cuba, Antillas Holandesas o Panamá. Hay que medirse a rivales exigentes así nos ganen siempre, porque con trabajo algún día estaremos a su nivel.
De la exhibición del equipo B de Javier Aguirre, a César Farías le quedó de tarea buscar dos laterales. Los que siempre fuimos críticos de Vallenilla, creemos que el negrito lo hacía muuucho mejor que Pedro Boada y ni se diga de Yegüez.
José Manuel Velázquez, Grendy Perozo, los hermanos Cichero, José Manuel Rey y Oswaldo Vizcarrondo son los únicos capaces de realizar un buen partido como defensas centrales. El resto es un riesgo para la salud de cualquiera.Alguna vez dijo Richard Páez que en Venezuela no hay demasiados jugadores convocables a la selección.
Eso de convertir la de mayores en un banco de pruebas para la Sub 20, estando en la pelea por un cupo al Mundial, evidencia la veracidad de la afirmación hecha por Páez. Ganarle 2-1 ó 1-0, con arbitraje venezolano, a los equipitos que consigue Esquivel, sólo ayudará a que el camino hacia la mediocridad sea mas corto que el que lleva al éxito.
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