viernes, 5 de marzo de 2010

Gracias totales a Dudamel

Es raro que el jugador más destacado de un equipo sea el portero. Es mucho más extraño que sea considerado el mejor entre sus compañeros, a pesar de haber perdido el juego por más de dos goles de diferencia.
Rafael Edgar Dudamel Ochoa (Guama, Yaracuy; 7-1-1973) vivió esa situación en varios de los 55 partidos que disputó con la Vinotinto.
El último fue el miércoles contra Panamá. El recorrido que comenzó el 19 de mayo de 1993, con un empate a 1 contra Colombia en Bogotá, finalizó en el Metropolitano de Cabudare (Barquisimeto), a menos de una hora de su tierra natal, en la que ayer recibió otro homenaje antes del encuentro Venezuela-Corea del Norte.
Dudamel defendió por primera vez la portería vinotinto en Colombia, país en el que jugó para Atlético Huila, Independiente Santa Fe, Deportivo Cali, Millonarios de Bogotá, Cortuluá y América de Cali.
Con Millonarios ganó la Copa Merconorte de 2001. En la final atajó dos penales en la definición desde los doce pasos contra el Emelec de Ecuador.
Dos años antes con el Deportivo Cali, se convirtió en el primer venezolano en jugar la final de la Copa Libertadores de América. Fue subcampeón contra el Palmeiras. En 1996, con el uniforme del Independiente, quedó en esa misma posición en la Conmebol.
En su carrera no sólo se dedicó a evitar goles, sino también a anotarlos. La gran mayoría fueron en la liga de Colombia, pero el más recordado lo logró el 8 de octubre de 1996 contra Argentina. Con el encuentro 4-1 a favor de la Albiceleste, se animó a patear un tiro libre que consiguió algo adelantado a Pablo Cavallero. ¡Golazo!
Jugó con la escuadra nacional en la Copa América de 1993, 1995, 1997 y 2001. También fue convocado a la 1991.
Incluyendo el del panameño Román Torres, a Dudamel le anotaron 110 goles. Hubieran sido muchos menos si la Vinotinto de la década de los 90' no hubiera tenido como costumbre terminar los encuentros con goleadas como el 6-1 y 6-0 de Bolivia y Chile, respectivamente, en las eliminatorias al Mundial de 1998.
Las victorias en Colombia o con ULA FC, Atlético Zulia, Estudiantes de Mérida, Unión Atlético Maracaibo y Deportivo Táchira, en el caso de la liga venezolana, fueron importantes para Dudamel, pero una que debe estar en un lugar muy alto para el guardameta yaracuyano fue contra Uruguay.
En el premundial hacia Corea del Sur-Japón 2002, la Vinotinto y la Celeste se midieron en Maracaibo el 14 de agosto de 2001. Los locales se adelantaron con un gol de Ruberth Morán.
En los últimos minutos el árbitro sentenció un tiro libre en el borde del área venezolana. Frente a la pelota se paró Álvaro Recoba, especialista en ese tipo de ejecuciones. El disparo iba a ser gol, pero con una volada espectacular, Dudamel que envió el balón al saque de esquina.
En la siguiente jugada, un contragolpe de Venezuela terminó en el 2-0 final. La primera de las cuatro victorias seguidas de la oncena nacional, récord que aún se mantiene.
Esa atajada de Dudamel fue decisiva, y abrió el caminó a la primera racha de éxitos del equipo.
Ese tipo de jugadas de Dudamel quedarán en el pasado, aunque no en el olvido. Más nunca se pondrá la camiseta con el dorsal 1 ni dejará a los fanáticos del equipo rival con el grito de gol atragantado.
La preferencia de Richard Páez por Gilberto Angelucci evitó que Dudamel fuera el arquero de la Vinotinto en una mayor cantidad de ocasiones.
Le tocó comerse las verdes, las medio maduras las está disfrutando Renny Vega, que será el encargado de cubrir su posición en la selección hasta que Rafael Romo termine de madurar como futbolista.
En Argentina (Quilmes) y Suráfrica (Mamelodi Sundowns) también exhibió su talento. Un portero sobrio, poco propenso a dar rebotes y seguro cada vez que se alejaba de la raya de gol a atajar un centro.
Rafael Dudamel extrañará jugar con la Vinotinto. Aunque es posible que la relación sea al revés, que sea la Vinotinto la que extrañe más las paradas de Dudamel.

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