Es más sencillo pensar que en los deportes individuales, como tenis o golf, es más sencillo que se produzcan resultados inesperados.
Es más fácil que tenga un día desafortunado Valentino Rossi (campeón de la Moto GP), a que todo el FC Barcelona (tricampeones de Europa la temporada pasada).
Esa teoría no aplicó en el Masters de tenis de Cincinnati. Los cuatro semifinalistas fueron los cuatro primeros del ranking de la ATP, los cuatro que mejor han jugado en el año, y que por ende eran los cuatro cabezas de serie.
Hoy Roger Federer, líder de la clasificación, jugará contra Andy Murray, quien desplazó a Rafael Nadal de la segunda casilla del escalafón de la ATP. El zurdo español rivalizará con el serbio Novak Djokovic.
Los retiros de varios de los mejores jugadores y la no participación de Juan Martín Del Potro redujo la competitividad.
También se confirmó mi teoría. El que la distancia con esos cuatro monstruos de la raqueta sea unos 5 o 10 puestos en el ranking, no aumenta en gran medida las posibilidades de ganarles. Están a otro nivel, por encima del resto, muy por encima. Para ponerles el adjetivo de superdotados sólo falta la comprobación científica.
En vez de ver dos o una semana de torneo, deberíamos prender el televisor el viernes o el sábado, días en los que se juegan cuartos de final y semifinal, respectivamente.
Veríamos al cuarteto de la superioridad enfrentarse entre sí. El domingo en la final, a lo mejor, nos encontramos con un partido parejo.
Es increíble cuando mis colegas Alberto Araujo y Luis Ayala, y nuestro gerente de unidad, Daniel Pérez Poleo, intentamos menospreciar la sobrehumanidad de Federer y Nadal, y del otro par en cuestión, diciendo: "fulanito casi le ganó un set".
Es más fácil que tenga un día desafortunado Valentino Rossi (campeón de la Moto GP), a que todo el FC Barcelona (tricampeones de Europa la temporada pasada).
Esa teoría no aplicó en el Masters de tenis de Cincinnati. Los cuatro semifinalistas fueron los cuatro primeros del ranking de la ATP, los cuatro que mejor han jugado en el año, y que por ende eran los cuatro cabezas de serie.
Hoy Roger Federer, líder de la clasificación, jugará contra Andy Murray, quien desplazó a Rafael Nadal de la segunda casilla del escalafón de la ATP. El zurdo español rivalizará con el serbio Novak Djokovic.
Los retiros de varios de los mejores jugadores y la no participación de Juan Martín Del Potro redujo la competitividad.
También se confirmó mi teoría. El que la distancia con esos cuatro monstruos de la raqueta sea unos 5 o 10 puestos en el ranking, no aumenta en gran medida las posibilidades de ganarles. Están a otro nivel, por encima del resto, muy por encima. Para ponerles el adjetivo de superdotados sólo falta la comprobación científica.
En vez de ver dos o una semana de torneo, deberíamos prender el televisor el viernes o el sábado, días en los que se juegan cuartos de final y semifinal, respectivamente.
Veríamos al cuarteto de la superioridad enfrentarse entre sí. El domingo en la final, a lo mejor, nos encontramos con un partido parejo.
Es increíble cuando mis colegas Alberto Araujo y Luis Ayala, y nuestro gerente de unidad, Daniel Pérez Poleo, intentamos menospreciar la sobrehumanidad de Federer y Nadal, y del otro par en cuestión, diciendo: "fulanito casi le ganó un set".
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