No es mi intención, lo juro de corazón. Entre los aplausos que todavía generan los dos goles de Nicolás Fedor, en la victoria vinotinto por 3-1 sobre Perú, hay que decirle a los fanáticos que las esperanzas que mantiene Venezuela de clasificar al Mundial no son tan elevadas como parecen.
No quiero ser el agua fiestas, pero no es fácil tener que enfrentar a Paraguay y Brasil con la obligación de sumar 4 o 6 puntos.
Los jugadores que fallen una ocasión de gol el 10 ó 14 de octubre no serán los culpables del desvanecimiento de las posibilidades clasificatorias. Lo que se consiga en Puerto Ordaz y Brasil será un añadido en el que hasta ahora es el capítulo más lindo del fútbol nacional.
La Vinotinto pudiera estar cerca de celebrar jugar su primer Mundial, en lugar de estar con un crucifijo en una mano y una calculadora en la otra.
Hay tres partidos en los que el resultado no dejó conforme a los jugadores, el entrenador y los fanáticos.
En la tercera jornada, cuando el técnico todavía era Richard Páez, un mal ubicado Leonardo Morales estuvo a milímetros de detener un tiro libre de Roberto Carlos Cortes, que significó el 1-0 para Colombia.
Una desconcentración evitó que la escuadra nacional se llevara un punto como visitante.
El primer partido oficial de César Farías como local fue en Puerto La Cruz. El rival Chile se supo levantar cuando se le creía muerto.
Venezuela no jugó a su ritmo sino al que proponían los australes, que con un gol de Humberto "Chupete" Suazo -en tiempo de reposición- ganaron por 3-2. De poco sirvieron las anotaciones de Giancarlo Maldonado y Juan Arango.
El titular de prensa más certero y en sintonía con el sentir de la fanaticada, fue el de Líder: "Que arrechera". Un partido que Venezuela debió haber ganado o empatado.
Entre esos partidos contra Colombia y Chile van 2 o 4 puntos, que tuvieran a la oncena vinotinto en el cuarto lugar del Premundial.
Pero eso no es todo, hay más. El siguiente partido fue un revés por 1-0 en Lima. Un juego aburrido y soso, en el que una maniobra dentro del área de Piero Alva, con sombrerito a Rey incluido, terminó con un disparo a medio metro del arco. Renny Vega se quedó mirando, reaccionó en Año Nuevo, tal vez hipnotizado por la jugada que le habían hecho al zaguero ex Marítimo y Emelec.
Otro punto más que no se debió dejar escapar. Los que vieron esos tres partidos, saben que la diferencia entre clasificar a Suráfrica o verlo por TV, está en esos resultados, y no en si el chute de Maldonado, el tiro libre de Rey, o el zurdazo de Arango, contra Brasil, se fueron desviados.
No quiero ser el agua fiestas, pero no es fácil tener que enfrentar a Paraguay y Brasil con la obligación de sumar 4 o 6 puntos.
Los jugadores que fallen una ocasión de gol el 10 ó 14 de octubre no serán los culpables del desvanecimiento de las posibilidades clasificatorias. Lo que se consiga en Puerto Ordaz y Brasil será un añadido en el que hasta ahora es el capítulo más lindo del fútbol nacional.
La Vinotinto pudiera estar cerca de celebrar jugar su primer Mundial, en lugar de estar con un crucifijo en una mano y una calculadora en la otra.
Hay tres partidos en los que el resultado no dejó conforme a los jugadores, el entrenador y los fanáticos.
En la tercera jornada, cuando el técnico todavía era Richard Páez, un mal ubicado Leonardo Morales estuvo a milímetros de detener un tiro libre de Roberto Carlos Cortes, que significó el 1-0 para Colombia.
Una desconcentración evitó que la escuadra nacional se llevara un punto como visitante.
El primer partido oficial de César Farías como local fue en Puerto La Cruz. El rival Chile se supo levantar cuando se le creía muerto.
Venezuela no jugó a su ritmo sino al que proponían los australes, que con un gol de Humberto "Chupete" Suazo -en tiempo de reposición- ganaron por 3-2. De poco sirvieron las anotaciones de Giancarlo Maldonado y Juan Arango.
El titular de prensa más certero y en sintonía con el sentir de la fanaticada, fue el de Líder: "Que arrechera". Un partido que Venezuela debió haber ganado o empatado.
Entre esos partidos contra Colombia y Chile van 2 o 4 puntos, que tuvieran a la oncena vinotinto en el cuarto lugar del Premundial.
Pero eso no es todo, hay más. El siguiente partido fue un revés por 1-0 en Lima. Un juego aburrido y soso, en el que una maniobra dentro del área de Piero Alva, con sombrerito a Rey incluido, terminó con un disparo a medio metro del arco. Renny Vega se quedó mirando, reaccionó en Año Nuevo, tal vez hipnotizado por la jugada que le habían hecho al zaguero ex Marítimo y Emelec.
Otro punto más que no se debió dejar escapar. Los que vieron esos tres partidos, saben que la diferencia entre clasificar a Suráfrica o verlo por TV, está en esos resultados, y no en si el chute de Maldonado, el tiro libre de Rey, o el zurdazo de Arango, contra Brasil, se fueron desviados.
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