La primera ronda de la Copa del Mundo de Fútbol 2010 dejó algo claro. La intención de la FIFA de quitarle un cupo directo a Suramerica, debido a que Brasil estará clasificado por ser la sede de la próxima edición, carece de lógica.
En la última eliminatoria suramericana jugaron diez selecciones. Las cuatro primeras clasificaron al Mundial de forma directa, y Uruguay tuvo que eliminar a Costa Rica en un repechaje.
La FIFA argumenta que en un premundial de 9 selecciones no puede dar hasta 5 cupos. Considerando que Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile serían fijos, se abre la posibilidad del repechaje -sin pasar por el suplicio de medirse a Brasil- para Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela.
La redistribución de los cupos debe premiar a los ganadores y no a los fracasados. En Suráfrica 2010, los cinco equipos suramericanos avanzaron a los octavos de final. Un porcentaje de efectividad de 100%.
Las selecciones de la Conmebol lograron 10 triunfos, 4 empates y 1 derrota. Anotaron 22 goles y recibieron 6. Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay fueron lìderes de sus grupos. Chile ocupó el segundo lugar por tener peor diferencia de goles que España.
Todos tienen posibilidades de avanzar a los cuartos de final, a excepción de Chile y Brasil que se enfrentan entre ellos.
Por qué no quitarle un cupo para la Copa del Mundo de 2014 a la Confederación Africana de Naciones. Llevó a seis representantes al Mundial y sólo Ghana pudo superar la fase de grupos. Suráfrica se convirtió en el primer anfitrión en no superar la ronda inicial, luego de 18 ediciones previas.
Argelia no anotó goles, Camerún perdió los tres partidos y Nigeria cayó dos veces y empató con Corea del Sur.
Era la oportunidad de oro para las oncenas de África, que según Pelé, algún día ganarán el torneo. Jugaron 18 encuentros, ganaron 3, igualaron 5 y perdieron 10. 14 puntos de 48 posibles.
Permitir que clasifiquen para Brasil 2014 seis oncenas africanas es un premio a la mediocridad. No pudieron aprovechar la localía, que era una de las ventajas que tenían. África debería ser el sacrificado para que Suramerica mantenga los 4,5 cupos al Mundial.
Asía lo hizo bien, al lograr que Corea del Sur y Japón avanzaran a los octavos de final. Australia se quedó fuera por tener un diferencial de goles anotados y recibidos inferior al de Ghana.
El desmérito de los asiáticos fue Corea del Norte, que sólo se lleva el recuerdo de los 55 minutos que aguantó sin que Brasil le hiciera goles.
La Concacaf y la UEFA consiguieron que 2 y 6 de sus representantes, de 3 y 13 que llevaron, accedieran a la siguiente fase.
Nueva Zelanda, el único de Oceanía, hizo más de lo que se esperaba, al empatar tres veces.
Si bien los equipos suramericanos pertenecen a la confederación más pequeñas (10 países), no pueden ser perjudicados por ser minoría. En esa zona del mundo están 9 de los 18 títulos mundiales, los que la FIFA nombró los mejores jugadores del siglo pasado (Pelé y Diego Armando Maradona) y las selecciones que lideraron cuatro de los ocho grupos de la primera ronda del actual campeonato mundial.
Si la FIFA desea redistribuir los cupos a Brasil 2014 para complacer los intereses que se mueven dentro de la poderosa economía asiática o para buscar votos para la reelección de Joseph Blatter para otro período, entre los 53 federaciones nacionales de fútbol africanas, la historia es otra.
Desde el punto de vista deportivo, la FIFA está obligada, en su reunión de diciembre, a ratificar que Suramerica va a clasificar a la Copa de 2014 a cuatro selecciones por las eliminatorias, 1 por ser sede y otra por el repechaje.
Ser equitativo no es perjudicar a los mejores para que otros con menos aptitudes viajen miles de kilómetros, se ilusionen y luego sean el hazmerreir del torneo más visto en el planeta.
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