En esta ocasión la discusión no gira entorno a los efectos secundarios de la desordenada vida de Diego Armando Maradona, sino sobre su parte profesional.
Ayer escogió a los 23 jugadores de los que dispondrá en Suráfrica para ganar la Copa del Mundo de Fútbol.
Entre Lionel Messi, Diego Milito, Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín, Martín Palermo y Carlos Tévez -el grupo de seis delanteros con los que afrontará el Grupo B- anotaron 133 goles en la temporada recién finalizada.
La cifra espanta a cualquiera. Sin duda mete miedo, pero el defecto es que Diego Armando alinea su oncena en un 4-4-2. Cuatro de esos hombres estarían en la banca, por lo que es innecesario haber dejado viendo la Copa por TV a Fernando Gago, Esteban Cambiasso y Javier Zanetti, cuando se pudo haber tachado de la preselección de 30 a otro atacante y haber reforzado alguna debilidad en la mitad de la cancha o unos metros más atrás.
Defiendo que Maradona haya llevado a Palermo. Argentina sufrió para ganar en las Eliminatorias, un tipo como el 9 de Boca Juniors hace falta cuando el partido se enrreda, es difícil llegar tocando y la solución es bombardear el área rival con centros y balonazos, cuando se pasa de preocupación a desespero.
Los titulares deberían ser Messi e Higuaín, estelares en el Barcelona y el Real Madrid, respectivamente.
Milito, que tuvo una temporada espectacular en el Inter, es el recambio lógico de Higuaín.
Entonces la discusión sobre quién sobra en el renglón de atacantes en la lista de Diego Maradona se reduce a Tévez y Agüero. Dos jugadores de características similares.
En la discusión, el "Kun" parte en desventaja. Tiene sobre sus hombros el peso de ser el yerno del entrenador.
Aventaja a Tévez por haber llevado a una de sus mejores temporadas en años. La dupla que forma con Diego Forlán es perfecta.
Tévez también tiene con qué defenderse. Puede jugar por las dos bandas, se adapta a la posición de 9 y si se le pide partir de más atrás lo hace con éxito.
A Maradona le faltó algo que a otros les sobra para tomar esa decisión. Aunque al final si tomó una: llevarlos a ambos.
Si fracasa pasará a engrosar la lista de desempleados. Si gana la Copa, o lo hace mejor que sus predecesores, justificará por primera vez los varios, muchos, bastantes dólares que Julio Grandona le paga de las arcas de la AFA.
Ayer escogió a los 23 jugadores de los que dispondrá en Suráfrica para ganar la Copa del Mundo de Fútbol.
Entre Lionel Messi, Diego Milito, Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín, Martín Palermo y Carlos Tévez -el grupo de seis delanteros con los que afrontará el Grupo B- anotaron 133 goles en la temporada recién finalizada.
La cifra espanta a cualquiera. Sin duda mete miedo, pero el defecto es que Diego Armando alinea su oncena en un 4-4-2. Cuatro de esos hombres estarían en la banca, por lo que es innecesario haber dejado viendo la Copa por TV a Fernando Gago, Esteban Cambiasso y Javier Zanetti, cuando se pudo haber tachado de la preselección de 30 a otro atacante y haber reforzado alguna debilidad en la mitad de la cancha o unos metros más atrás.
Defiendo que Maradona haya llevado a Palermo. Argentina sufrió para ganar en las Eliminatorias, un tipo como el 9 de Boca Juniors hace falta cuando el partido se enrreda, es difícil llegar tocando y la solución es bombardear el área rival con centros y balonazos, cuando se pasa de preocupación a desespero.
Los titulares deberían ser Messi e Higuaín, estelares en el Barcelona y el Real Madrid, respectivamente.
Milito, que tuvo una temporada espectacular en el Inter, es el recambio lógico de Higuaín.
Entonces la discusión sobre quién sobra en el renglón de atacantes en la lista de Diego Maradona se reduce a Tévez y Agüero. Dos jugadores de características similares.
En la discusión, el "Kun" parte en desventaja. Tiene sobre sus hombros el peso de ser el yerno del entrenador.
Aventaja a Tévez por haber llevado a una de sus mejores temporadas en años. La dupla que forma con Diego Forlán es perfecta.
Tévez también tiene con qué defenderse. Puede jugar por las dos bandas, se adapta a la posición de 9 y si se le pide partir de más atrás lo hace con éxito.
A Maradona le faltó algo que a otros les sobra para tomar esa decisión. Aunque al final si tomó una: llevarlos a ambos.
Si fracasa pasará a engrosar la lista de desempleados. Si gana la Copa, o lo hace mejor que sus predecesores, justificará por primera vez los varios, muchos, bastantes dólares que Julio Grandona le paga de las arcas de la AFA.
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