lunes, 3 de mayo de 2010

MOMENTOS MUNDIALES VII. Argentina llevó el agua bendita

El partido en que Argentina se enfrentó con Brasil, en los octavos de final de la Copa del Mundo de 1990, en el estadio Delle Alpi de Turín, es conocido como el juego del “agua bendita”.

Los brasileños desperdiciaron múltiples ocasiones de anotar contra un rival al que le costó superar la fase de grupos.

En una jugada en la que el argentino Pedro Troglio resultó lesionado, ingresaron en la cancha varios miembros del cuerpo técnico para asistirlo. Uno de ellos, el masajista Miguel Di Lorenzo, entró con una canasta con varios bidones de agua.

En uno de esos envases habían diluido una pastilla del somnífero Rohypnol, admitió años después el capitán argentino Diego Armando Maradona.

El lateral brasileño Branco desconocía la artimaña empleada por sus rivales. Se quiso refrescar y se tomó el contenido de uno de los envases. Explicó que poco después se sentía atontado. “Tiraba los tiros libres y se caía”, recordó Maradona.

Luego Argentina hizo lo que a Brasil le faltó, el gol. Al minuto 81, Maradona –que tenía un tobillo lesionado– eludió a 3 rivales y le metió un pase en profundidad a Claudio Caniggia. El atacante tomó la pelota y luego eludió al arquero Claudio Taffarel para anotar el único gol del hasta ahora último enfrentamiento entre Brasil y Argentina en el Mundial de Fútbol.

“En aquel momento nadie me creyó. Pensaron que era una excusa por la eliminación”, dijo Branco.

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